UNA NUEVA EDICIÓN DE LOS GLOBOS DE ORO PESE A TODO

El pasado lunes tuvo lugar, con dos meses de retraso, los 78º premios Globos de Oro. Y en esta ocasión, más que hablar de los galardonados, tenemos que hablar del inusual formato que han tenido si lo comparamos con las ediciones anteriores. Aunque, las videoconferencias se han convertido ya en un elemento más de nuestra rutina, apoderándose incluso del glamour de Hollywood. En esta ocasión, en vez de ver a las grandes estrellas con sus mejores trajes y vestidos, nos hemos infiltrado en sus casas —como si estuviésemos en La ventana indiscreta (1954) de Hitchcock— para ver cómo disfrutaban de la gala en familia, con amigos e incluso como recibían un premio en pijama. La ceremonia fue conducida por Tina Fey, desde el Rainbow Room de Nueva York, mientras que Amy Poehler lo hizo desde el habitual Beverly Hilton de Los Ángeles. Lejos de la frialdad que podría haber suscitado los 4.000 km que las separaban, aprovecharon la coyuntura para hacer sus gags y conseguir que fuera una gala amena (dentro de lo que las circunstancias lo permiten). Las grandes triunfadoras de la noche fueron Nomadland, Soul y Borat, siguiente película documental, mientras que Jane Fonda recibió el premio Cecil B. DeMille a toda su carrera.

PAVARE