YULI, UNA PELICULA HECHA CON Y PARA EL CORAZÓN
Hace unas semanas tuve la oportunidad de ver Yuli, la última película de la cineasta española Icíar Bollaín. Y
sinceramente, me encantó. No solamente por cómo ha sabido narrar la vida del
bailarín cubano Carlos Acosta, basándose en su propia autobiografía No way, no home (2007), a través de su
posterior adaptación del guionista Paul Laverty. Sino por la sensibilidad con
la que Bollaín ha confeccionado este filme, utilizando de manera realmente
inteligente las diversas localizaciones tanto de La Habana como de Londres,
junto a las diferencias secuencias de danza de la compañía Acosta Danza y del archivo
del propio Carlos Acosta, su director artístico, que sirven como hilo conductor
de la propia historia. Todo ello mediante una espléndida simbiosis entre la
música original del conocido compositor español Alberto Iglesias y una
selección de las obras maestras del ballet clásico. Por lo tanto, no llego a
entender porque ha sido ninguneada tanto por los grandes premios cinematográficos
de esta temporada, ya que en los próximos Premios Goya, tan solo Laverty, Iglesias
y el propio Acosta optarán al cabezón dentro de las grandes categorías, mejor guion
adaptado, música original y actor revelación, respectivamente. Así como por las
críticas tan poco favorecedoras que ha ido cosechando Yuli desde su estreno en el pasado Festival de San Sebastián y por
consiguiente, su tibia acogida por el público. En consecuencia, recomiendo
encarecidamente que vean esta película, antes de que desaparezca de la cartelera
española, para que puedan ver una obra con una gran sensibilidad, hecha con y
para el corazón.
Poster Oficial
de Yuli
PAVARE
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