LA ALFOMBRA ROJA

..An the Oscar goes to...Todo el mundo ha escuchado esta frase infinidad de veces, y mas ahora que Javier Bardem y Penélope Cruz tienen ya el suyo, pero al asistir a una gala de estas tienes que pasar por fatídica La Alfombra Roja, una larga caminata en la que tienes que ir  vestido con vestido u traje por el que te han pagado un fortunón por llevarlo puesto, y además llevar encima unas joyas por las que también te han pagado un fortunón para que luego al día siguiente las revistas de moda o  del corazón te critiquen el modelito que llevabas puesto: que si te favorecía el color, si estabas horroroso/a o si entrabas en la lista de los/las mejores vestidos/as... Pero lo peor de todo esto es que hay miles de personas trabajando en dichas revistas y otros tantos millones que las siguen como si la vida les fuera en ello.
Es demencial que las entregas de premios cinematográficos se tengan que convertir en un escaparate para la moda y sus críticos, siendo que deberían ser un encuentro del cine español en los Goya, del cine internacional en los Oscar, del cine francés en los Cesar...
Por no mencionar la enorme cantidad de galas de este tipo que han surgido en lo últimos años ya que al haber tantas la gente ya nos las sigue con tanta atención, porque díganme el sentido de que todas las ciudades del mundo tengan un festival de cine cada una de ellas y algunas hasta varios como ocurre en Los Ángeles por ejemplo.
Las academias de cine de todos los países deberían ponerse de acuerdo para regular el número de festivales y premios de cine, porque si no van a proliferar tanto como los campos de futbol y además le da más importancia a los premios nacionales: Goya, Cesar, David di Donatello y a los internacionales. Oscar, Globos de Oro, Bafta, MTV y dentro de los festivales ensalzar mas los grandes festivales: Cannes, Venecia, Berlinale, San Sebastián, Sundance, Comic Con..



PAVARE

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