LA DISPUTA ENTRE DARWIN Y LA IGLESIA

Ayer tras observar uno de los capítulos de la serie animada “Los Simpson” en la que en la que Flanders llevaba a sus hijos al museo para ver una exposición de armas y acaba viendo una en la que La Biblia queda ridiculizada al igual que los cristianos y pone de manifiesto la teoría científica de la evolución de Charles Darwin.
Esto le hace enfadar y hace que todo Springfield se ponga en contra de la evolución de Darwin, hasta incluso sean prohibidos los libros sobre este tema y el Creacionismo se presente como una teoría científica, siendo que su única bibliografía es La Biblia, un libro que para nada tiene algo relacionado con la ciencia. Lo que quiso decir este capítulo es como la Iglesia esta volviendo a imponer el Creacionismo, pese a que este ya fuera aceptado por anteriores Papas. La sociedad esta retrocediendo respecto a este tema, seguro que todos conoceis a alguien que jamás haya creído los ideales de la evolución. Retrocedamos unos cuantos años para que veas como ni Darwin se atrevía a publicar sus ideales:
Charles Darwin supo desde el principio que su Teoría de la Evolución iba a caer como una irreverente bomba sobre los dogmas establecidos de la fe cristiana. No es de extrañar, por lo tanto, que se pasara más de dos décadas dándole vueltas a lo que el filósofo Daniel Dennett bautizó como su “peligrosa idea”, hasta que finalmente se atrevió a publicar 'El Origen de las Especies'.
Poco antes de que esta osada obra viera la luz, en una carta que escribió a su amigo Joseph Hooker, Darwin confesó que se sentía «como un hombre a punto de confesar un crimen». No era para menos. En la Inglaterra victoriana del siglo XIX, la idea de que todas las especies vivas (incluyendo el ser humano) no habían sido engendradas de un día para otro por la mano de Dios, sino que habían evolucionado durante millones de años mediante un proceso de selección natural, suponía una insolente blasfemia.
Para comprender hasta qué punto Darwin era perfectamente consciente de la polémica que sus ideas iban a desencadenar, hay que tener en cuenta su propia trayectoria personal e intelectual. Al fin y al cabo, en su juventud el 'padre de la evolución' estudió teología en la Universidad de Cambridge con la intención de convertirse en sacerdote de la Iglesia Anglicana, y no cuestionaba la validez de la Biblia como fuente sagrada para explicar el origen del mundo. Sin embargo, a lo largo de los años, y sobre todo tras la experiencia transformadora que vivió durante su aventura científica a bordo del Beagle(barco en el que realizó su viaje hasta las islas Galápagos), la fe de Darwin se fue erosionando ante el cúmulo de evidencias que contradecían todas las verdades supuestamente incuestionables del Libro del Génesis.
El creciente escepticismo del naturalista frente a la religión se convirtió en una dolorosa fuente de tensión con su devota esposa Emma, sobre todo desde que en 1849 dejó de ir a misa los domingos, y decidió dedicar el rato que su familia pasaba en la iglesia a pasear por el campo para seguir reflexionando sobre sus ideas. Dos años después, la muerte de su adorada hija Annie, como consecuencia de una tuberculosis que acabó con su vida a los 10 años, fue la puntilla que le hizo perder definitivamente la fe. Para Darwin, la crueldad y el sufrimiento de un mundo donde él había comprobado cómo algunas avispas se alimentaban de los cuerpos vivos de los gusanos en la dura lucha por la supervivencia, o donde morían niños inocentes como su queridísima Annie, no parecían compatibles con la existencia de un Dios omnipotente que se preocupara por sus criaturas. Sin embargo, a pesar de todo, Darwin nunca quiso definirse públicamente como ateo, y dejó escrito que “el agnosticismo es una descripción más correcta de mi postura”.
Como era de esperar, la publicación de 'El Origen de las Especies' en 1859 desató un escándalo descomunal en la sociedad británica, y Darwin tuvo que sufrir la humillación de ver su inconfundible rostro barbudo caricaturizado sobre el cuerpo de un mono. Al mismo tiempo, las autoridades eclesiásticas de la Iglesia Anglicana denunciaron que la Teoría de la Evolución constituía la visión más degradante del ser humano jamás concebida, y alguno incluso llegó a compararle con la serpiente del Jardín del Edén, por intentar pervertir a la sociedad británica con sus “ideas perversas”.
A Darwin toda esta polémica no debió sorprenderle demasiado, ya que conocía de primera mano, dentro de su propio hogar, los conflictos religiosos que podían provocar sus teorías. Lo que sin duda le hubiera chocado mucho más es descubrir que 150 años después, las llamas de esta controversia todavía no se han apagado en el mundo del siglo XXI.
Visto esto nos debemos esforzar por conseguir que la ciencia se imponga a la religión, ya que en las sociedades en las que domina la religión, sus ciudadanos son esclavos de su fe hacia del Dios o los Dioses todopoderosos y su servidumbre hacia los lideres de ella misma. Por ello califico a las religiones como el peor inventó de la humanidad, aunque he de reconocer que como todo tienen también ciertos actos de muy buena voluntad y que son necesarias para las pobres mentes de aquellos humanos que han perdido la capacidad de pensar por ellos mismos.



PAVARE

Comentarios

Entradas populares de este blog

CUANDO EL CINE NO ES EL PROTAGONISTA DE LOS ÓSCAR

LOS GOYA RECUPERAN SU BRILLO EN VALENCIA

EL ARTISTA RICKY VAN BROEKHOVEN HACE BAILAR EL SONIDO